¡Salud, Pionero!

Como bardo itinerante, aventurero sin par y experto explorador de Voldor, he podido conocer multitud de facetas de las culturas del continente. Los idiomas, el arte de guerrear, la  forma de impartir justicia… o las diversiones. He podido asistir a los teatros acrobáticos de Nakuro, a los relatos terroríficos pero emocionantes de las hazañas de los bárbaros de Muzur, y a los sencillos banquetes comunales de los fórmigos. En mi Vindusan natal disfruté de solemnes rituales solares en honor de la hermosa Elethae o de los baños rituales del solsticio. Incluso asistí a la infame lectura de sombra del infame Xosaggo en una noche de borrachera.

¡Pero sin duda de mis mejores recuerdos los tengo de la Solemnidad de la Fundación, cuando los Rocasangrienta sacan las mesas a la calle, rebosantes de manjares y cerveza! Edfraya y los suyos, que en cierto modo son los míos porque todos somos vindusinos, si que saben cómo organizar una buena fiesta. Deja que te cuente.

Como seguro que sabes, entre el segundo y cuarto día de Baile de Assalaim los enanos Rocasangrienta celebran la llegada de su gente a Vindusan y la fundación de su emplazamiento en ella. Pero, más allá del carácter lúdico de estas celebraciones, que incluso las más (aparentemente) tediosas tienen, lo más importante de ellas es lo que nos cuentan de los pueblos que las han desarrollado. El viajero inteligente sabrá extraer de tales eventos perlas de profundo entendimiento que le serán muy útiles cuando trate con quienes se crucen en su vagar.

La Solemnidad de la Fundación es una fiesta controvertida. Algunas de las Cien Casas, casi todas del desierto, afirman que los enanos Rocasangrienta se inventaron esta fiesta para dar salida a los productos viejos y emborracharnos a los demás para hacernos firmar malos tratos. Bueno, nadie afirma eso delante de los enanos, especialmente si Edfraya se encuentra cerca, y creo que es una lectura especialmente cínica. No niego que algo de verdad pudiese haber, al menos en lo que concierne a unos pocos enanos que no tienen presentes las enseñanzas de Ankaraz, pero lo que yo veo es algo distinto. Veo a un pueblo que sufrió mucho en su origen y que ha trabajado arduamente para hacerse con espacio que pueda llamar propio en Vindusan y Shabana.  Que ha sangrado, luchado y muerto por conseguir un hogar y ganarse la vida junto a sus aliados élficos. Veo una declaración de intenciones doble. Por un lado compartir, al menos por unos días, su buena fortuna y alegría con quienes han hecho posible su éxito (creedme, los Rocasangrienta son muy exitosos, casi tanto como poco ortodoxos). En ese sentido, cualquiera que haya trabajo amistad con uno, será invitado y podrá disfrutar de la mejor carne y la mejor cerveza. Por otro, quieren dejar claro a los más altos cargos del poder vindusino que están ahí, que tienen que tenerlos en cuenta, y que en cierto modo son tan hijos de la más maravillosa ciudad de todo Voldor como el mismísimo Líder Supremo Varcassian (a quien la dulce Elethae dé un largo gobierno y pueda ver el amanecer hasta que se agosten sus días). Si queréis mi consejo, todo grupo de aventureros debería pasarse alguna vez por esta fecha, para disfrutar de la hospitalidad enana, pero también para escuchar historias, cerrar tratos y estrechar lazos con una comunidad tan leal como la Rocasangrienta.

Y sobre los vindusinos… bueno, nos gusta recordar nuestra historia, recordar a los que no están y pasarlo bien. Y experimentar algo de miedo. Por eso Xosaggo tiene un negocio tan próspero.

ERADRIL,

Bardo itinerante y experto en festividades