¡Salud, Pionero!
Aquí estamos una vez más para hablaros del El Bosque de Ámbar, el próximo suplemento de ambientación. En esta ocasión vamos a contaros un poco sobre el capítulo de historia, donde se detallan de manera general los milenios de historia, abarcando desde los tiempos antiguos cuando los dragones poblaban el mundo hasta la guerra contra Sagar que tiene amenazada a Mirianis y Arania.
Este bosque ha recibido muchos nombres. Fue Ryionisian, el Bosque Invernal, para los dragones que anidaron en él. Fue Sath-shala, un enorme campo de recursos en manos de los tiránicos Peregrinos. Fue fuente de esperanza para los esclavos que ansiaban libertad y tumba profunda para aquellos que la alcanzaron. Fue la floresta brumosa de Indever para los elfos que buscaron su destino tras la marcha de sus creadores. Ahora sus moradores lo llaman el Bosque de Ámbar, hasta que todo vuelva a cambiar.
El tiempo antiguo
Aunque muchos de los eruditos que han estudiado la historia de Voldor consideran que la Primera Gran Migración es el primer contacto de los Peregrinos con el continente, la verdad es que sus primeras interacciones fueron milenios antes de su llegada al completo. Expertos en migrar de un mundo hasta otro a través de los planos y el propio tiempo, los Peregrinos saben que el gasto de energía arcana es desorbitado y que semejante desgaste los torna vulnerables durante el primer periodo de colonización. Al final de la era de la antigüedad, décadas antes de la Gran Migración, un pequeño grupo de Peregrinos cruzó los velos de las dimensiones hasta llegar a Voldor con una labor designada; acabar con los grandes dragones y reclamar el continente.
El albor de los Peregrinos (0-975)
Durante el primer periodo de dominio Pregrino en Voldor, el continente sufrió toda clase de transformaciones para plegar su superficie a los gustos de sus nuevos señores, pero esto no ocurrió en la región que sería conocida en el futuro como Bosque de Ámbar. Toda la región fue conservada sin alteraciones por orden de Sathnamil, regidor de la región, convirtiendose en un reservorio de criaturas nativas de este mundo para poder obtener su esencia cuando se requiera en la mejora de los esclavos. Con el fin de preservar para siempre las diferentes especies de Voldor y evitar perderlas en posibles cataclismos, los Peregrinos crearon una enorme cavidad de cientos de salas a varios kilómetros de profundidad, por debajo del bosque, a la que llamaron La Cámara de la Preservación.
El cenit de los Peregrinos (976-3106)
A medida que el dominio de los Peregrinos se hizo fuerte en el continente, el reservorio dejó de tener relevancia para sus dueños. Con una veintena de razas de esclavos trabajando de manera funcional, el trabajo de Sathnamil había concluido. No fue hasta el décimo tercer siglo que fue necesitado de nuevo, ante el primero de los cambios que se llevarían a cabo en el inmenso bosque. Incapaces de contener todas las revueltas surgidas en otras regiones, comienza un goteo constante de esclavos que buscan la libertad en el descontrolado bosque. Para poner fin a esto, Sathnamil y sus compañeros crean una raza de esclavos específicamente diseñada para cazar en el interior del bosque; los araina. A diferencia de otros grupos de esclavos, Sathnamil opta por tratarlos con respeto y transferirles la importancia de su labor, logrando una lealtad necesaria para que no sientan piedad por los esclavos fugados.
El ocaso de los Peregrinos (3106-3975)
El último capítulo de la historia de los Peregrinos en Voldor es un periodo convulso y caótico a lo largo del continente, y eso incluye al Bosque de Ámbar. Mientras todo esto ocurría, Sathnamil afrontaba una situación nueva para él en sus incontables eras de existencia, pues dudaba de los planes y propósitos de los Peregrinos. Buscando nuevas posibilidades de mejorarse a sí mismo como individuo, durante siglos trabajó en los pozos de cría y tras muchos intentos fallidos y cientos de formas de vida desechadas, logró su ansiado objetivo.
La Era de las nuevas civilizaciones (3975-4673)
La marcha de los Peregrinos trajo libertad y capacidad de elección a todos aquellos que habían crecido como esclavos. La ausencia de autoridad e interés por parte de Sathnamil en los últimos siglos de su mandato había propiciado que prosperasen varias comunidades de esclavos fugados, sobretodo humanos huidos de las ciudades élficas del Mar de Oculta.
Las dificultades propias del lugar fueron superadas por sus ocupantes humanos gracias a su perseveración y su espíritu de sacrificio. Medio siglo después, una nueva civilización trató de establecerse en la región meridional del bosque de Ámbar, un grupo de viajeros élficos llegados desde la lejana Vindusan. Forzados por las necesidades de ambas culturas, humanos y elfos terminarán uniéndose, tanto física como socialmente, creando una única nación, Mirianis.
Por su parte, expulsados de las montañas Gunambal por las belicosas tropas enanas, miles de familias orcas recorren la región en busca de un nuevo hogar. Durante este periodo grandes cambios sociales sacuden el reino de Arania, que buscan definir su propio camino tras la marcha de Sathnamil. Durante este periodo los orcos, huidos de los horrores de la guerra encuentran su hogar bajo la protección de la dragona Suzelbor, aceptando una vida tranquila viviendo en comunión con la naturaleza.